Hipocalcemia en bovinos: principales factores de riesgo y control

La hipocalcemia hace referencia a la disminución de los niveles de calcio en sangre por debajo de un cierto umbral, establecido en 8 mg/dL (2 mmol/L). Cuando este nivel se alcanza en el periodo cercano al parto (± 7 días), aparece un cuadro clínico conocido como fiebre de la leche (milk feveren terminología anglosajona) y que puede tener una presentación aguda o subaguda. Alrededor de un 6% del total de las vacas sufrirán alguna de las dos formas, si bien se calcula que el 50% de las hembras multíparas, y aun 20 % de las novillas lo padecerán en cualquier momento.

Esta condición ocurre simplemente por un desequilibrio brusco en los niveles de calcio en sangre, ya que la demanda de este mineral por parte de la glándula mamaria merma los niveles tanto sanguíneos como de las reservas corporales (hueso). El tipo de cuadro (clínico o subclínico) estará condicionado por la capacidad de respuesta del sistema endocrino (a través de la paratohormona, PTH) en su intento de restaurar los niveles de calcio a valores fisiológicos.

De lo anteriormente dicho se deduce una pregunta: ¿Qué condiciona la eficacia en la respuesta de la PTH en estas situaciones? Para empezar, el riñón, los huesos y el intestino: ante descensos en la calcemia el riñón reabsorbe el Ca urinario, a lo que se suma un aumento de la actividad ósea (para liberar el Ca retenido) así como un incremento en la síntesis de la forma activa de vitamina D, la 1-25 dihidroxivitamina (1,25(OH)2D), que contribuye al aumento de la absorción intestinal del mineral.

Hace tiempo se pensaba que el fallo en la respuesta compensatoria de la PTH radicaba en la falta de reconocimiento de la situación y consecuente respuesta, pero actualmente se sabe que en las vacas hipocalcémicas los niveles de la hormona están altos (y por tanto la hormona está activa). Este hecho sugiere que deben existir otros mecanismos desencadenantes de la enfermedad, probablemente una falta de respuesta tisular a la hormona, mecanismo similar al del síndrome metabólico asociado al aumento de resistencia a la insulina.

En 2013 se observó que entre los factores predisponentes a padecer este proceso estaban el parto, la demanda de calcio para la lactación (condicionada por el nivel de producción) y el haber padecido con anterioridad hipocalcemia. Este último factor reviste gran interés, pues hace que estas hembras presenten una menor capacidad compensatoria por parte de la PTH y menores receptores tisulares de vitamina D, en comparación con aquellas que nunca han padecido este cuadro. No obstante, hay que señalar que el porcentaje de heredabilidad de esta condición es baja, aunque desigual, pues hay autores que hablan de 12% mientras otros del 4 % o incluso del 0%.

La edad y una condición corporal elevada en el momento del parto son otros factores a tener en cuenta como favorecedores del proceso. Finalmente, la nutrición ha sido el factor predisponente más debatido y las medidas de control han ido encaminadas en los últimos años hacia este aspecto. Sin embargo hay que saber que no todos los cuadros hipocalcémicos van a estar relacionados con la dieta recibida, pues hay procesos metabólicos y reproductivos (hipomagnesemia, hipofosfatemia, cetosis, metritis o retención placentaria) que cursan con descensos en los niveles de calcio, debido a mecanismos hasta ahora no dilucidados.

 
 Joaquín Hernández Bermúdez

 

Cristina Castillo Rodríguez

Departamento de Patoloxía Animal, Facultade de Veterinaria de Lugo.

Universidade de Santiago de Compostela (USC).