El problema de la Listeria

La aparición del brote de listeriosis en España en las últimas semanas ha demostrado que nuestro sistema de control en todo lo relativo a alimentación, aunque es uno de los mejores que existen en Europa, sigue teniendo fallos.

En el caso que nos compete ahora, se ha demostrado que las autoridades, qué son las entidades encargadas de garantizar que el protocolo higiénico sanitario en cuanto a alimentación, seguridad alimentaria, explotaciones ganaderas, etc, etc, etc, se cumpla, han fallado al no realizar sus labores de inspección durante, parece ser, los últimos 4 años en la empresa que ha sido centro de dispersión de listeria por toda España.

Nos encontramos así con una enfermedad que ha afectado a cerca de 300 personas y lo que es más grave, ha llevado a la muerte algunas de ellas, en general personas debilitadas o con algún tipo de enfermedad anterior y además ha producido el aborto en algunas mujeres embarazadas.

¿A quién tenemos que pedir responsabilidades de todo esto? Parece ser que la administración pública local, en este caso el Ayuntamiento de Sevilla, es el causante de que por su falta de controles de inspección durante 4 años ha permitido que la empresa responsable de la fabricación de la carne mechada haya propagado está toxiinfección alimentaria por toda España. El problema es que, con el cambio de Gobierno en la Junta de Andalucía, que ahora es de distinto signo político que el del Ayuntamiento de Sevilla, los políticos al mando de ambas instituciones van a estar tirándose los trastos a la cabeza durante todo el tiempo. Y como siempre en este bendito país, unos por otros, la casa sin barrer.

Una higiene adecuada en toda la cadena de producción es necesaria para evitar este tipo de situaciones.

Las toxiinfecciones alimentarias siempre han estado, están y estarán presentes en la cadena alimentaria humana. Sólo correctas medidas de higiene y profilaxis pueden reducir la aparición de estas enfermedades que representan unos altos costos en lo relativo a dinero, tranquilidad y confianza para los consumidores, cuando no en lo relativo a pérdidas humanas como en el caso que nos ocupa. La dispersión de la enfermedad se produjo a partir de máquinas y útiles de corte contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes, un microorganismo caracterizado por producir biofilms en los que se resguarda y que evita que los antisépticos habituales puedan llegar a actuar frente a ella. Una estricta higiene en todo lo relativo a utillaje, maquinaria, equipamiento, localización y manipuladores de alimentos es necesario que se cumpla en todas las empresas que nos suministran alimentos para evitar futuros casos como el actual. Los productos desinfectantes que se utilicen tienen que adaptarse a los tiempos y a los riesgos que se nos van a presentar ahora y en el futuro. Un nuevo producto a base de ácido hipocloroso aparecido recientemente en el mercado, podría ser la solución para desinfectar superficies contaminadas en las que el biofilm está presente, ya que el ácido hipocloroso es capaz de actuar frente a las bacterias en presencia de este “escudo defensivo bacteriano”. Ya iremos ampliando informaciones en el futuro sobre este producto.

Pero sólo me queda recordar, por último, que incluso teniendo el mejor producto para desinfectar existente, si los encargados de manipular los alimentos no siguen los más rigurosos protocolos en cuanto a higiene y manipulación, nada de lo anteriormente dicho valdrá un céntimo.