El cambio climático

He sido invitado para dictar dentro de un par de semanas en un círculo universitario de debate, una charla-coloquio acerca de “El cambio climático, la agricultura y la ganadería: certezas y especulaciones”.

Debo indicar al respecto que, desde hace mucho tiempo, leo y estudio con gran interés lo que buenamente puedo de lo que se publica en el ámbito científico acerca del cambio climático. En base a lo que leo y estudio soy, desde hace años también, un defensor activo de la teoría de que la especie humana, a través de la generación de gases con efecto invernadero, está jugando un papel sumamente destacando en el proceso del cambio climático en el que estamos inmersos (y dónde, partiendo de un enfoque global, la ganadería no tiene más allá de un 15-18 por 100 de peso en esta responsabilidad).

He de apuntar que “navego a favor de viento” porque esta es la postura adoptada por las Academias de Ciencias de 19 países y también por muchas organizaciones científicas que estudian la ciencia climática; siendo más concretos, el 97 por 100 de los científicos del clima, que publican regularmente documentos científicos sobre el mismo, respaldan la mencionada teoría.

Además en una carta remitida por 18 organizaciones científicas al Congreso de los Estados Unidos de América se afirma que: “observaciones realizadas en todo el mundo dejan claro que está teniendo lugar un cambio climático, y una rigurosa investigación científica demuestra que los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana son la causa principal del mismo. Estas conclusiones están basadas en múltiples líneas de evidencia independientes, y las afirmaciones en sentido contrario son inconsistentes con una evaluación objetiva del extenso conjunto de la ciencia publicada bajo revisión por pares».

En este contexto defiendo también la idea, que expreso habitualmente en mis clases, en algún artículo y en varias charlas, de que esta modificación climática va a tener inexorablemente, para ser más exactos está teniendo ya, unas muy importantes repercusiones estructurales en la ganadería y en la agricultura de muchas regiones del mundo entre las que se incluye, en mor de nuestra ubicación geográfica, España.

Esta posición mía ha generado habitualmente una notable controversia, por ejemplo en Engormix, porque, al día de hoy, continua habiendo un número significativo de personas, generalmente no científicas ni expertas en estos temas, que siguen sin creer en el cambio climático (lo que no deja de confirmar lo que puso en evidencia el documento generado por el llamado Petition Project (proyecto de petición); hay una clara dicotomía entre lo que piensan climatólogos expertos (97,4 por 100 opina que el ser humano si tiene una influencia decisiva en la modificación climática) y el público general (dónde sólo el 58 por 100 respalda esta opinión).

Pero como dice aquel viejo adagio “para muestra… un botón”. Nuestra Agencia Estatal de Meteorología acaba de informar que el pasado mes ha sido el cuarto mayo más seco desde el año 1965. Mayo ha sido en su conjunto muy seco, casi extremadamente seco, con una precipitación media sobre España de 24 mm, lo que supone el 39 por 100 de la media de este mes que es de 61 mm (Periodo de referencia 1981-2010); además mayo ha sido en conjunto cálido, con una temperatura media sobre España de 17,6 ºC, 1,0 ºC por encima de la media de este mes (periodo de referencia: 1981-2010). Si se suman ambas variables, el pasado mes de mayo ha sido el más extremo en el periodo de referencia considerado.

Aun así, insisto, muchos siguen negando lo que parece evidente. Pero es que, como concluye el documento citado: “el desafío, más bien, parece ser cómo comunicar de una manera efectiva este hecho del cambio climático a los responsables políticos y a un público que continúa percibiendo erróneamente este debate temático entre los científicos”.

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio