EFICACIA vs EFICIENCIA

El eminente profesor y filósofo de la ciencia austriaco Karl Popper decía que la ciencia evoluciona y se desarrolla, lo que implica su carácter abierto y nunca definitivo, su carácter progresivo en virtud del cual nuestro conocimiento va aumentando y extendiéndose cuantitativa y cualitativamente a cada vez más fenómenos o aspectos de la realidad. Pero ¿la ciencia es eficaz o eficiente? Personalmente creo que ambas cosas a la vez, y voy a tratar de expresarme al respecto bajándome al terreno práctico. En nuestra lengua ambos términos son algo confusos y poco diferenciados a menudo, utilizándose indistintamente, cuando realmente son sustancialmente diferentes en forma y contenido. En inglés la diferencia gramatical es más marcada, nominándose como effectiveness y efficiency, aunque en francés ambos términos son similares, efficacité y efficience respectivamente. ¡A ver si nos vamos a parecer más a los franceses que a los ingleses!. Si nos preguntásemos si preferimos que nuestra empresa sea eficaz o eficiente, a buen seguro que a alguno le podría generar alguna duda. También estoy convencido que si se lo pregunto a un productor me respondería que las dos, y si se lo pregunto a un gallego, que depende. Y es lógico, ya que la distinción entre ambos términos no tiene más de 40 años, ya que surgió en la década de los 80 en la llamada “era de los servicios, era administrativa o gerencial”. Aunque creo que ya me lo enseñaron mis Padres algunos años antes cuando me decían que lo bueno en el trabajo era obtener más cosas con menos recursos. Resulta que a eso hoy se le llama eficiencia. Creo sinceramente que la generación de nuestros mayores, que levantaron el país después de la guerra civil, fue más eficiente que somos nosotros hoy. Luego está la antología del listo que es aquello del “mínimo esfuerzo máximo rendimiento”, normalmente a costa de otros. No conozco a ningún gran profesional que no sea muy trabajador. El caso contrario es más frecuente. Y por supuesto, creo firmemente en la buena gestión del tiempo.

La eficacia se define como la capacidad de alcanzar los objetivos establecidos. Esto bien nos suena a todos los que trabajamos en base a un presupuesto y objetivos bien definidos desde el primer día del año. Dudo que alguna empresa no se base en estos principios, aunque también sabemos que un país entero a veces está gobernado sin haber aprobado ni el presupuesto, y esto me hace pensar que quizás su eficacia no puede ser buena. El presupuesto es básico para el balance de pérdidas y ganancias, cuyo seguimiento determinará la eficacia en su cumplimiento. Así, la eficacia se enfoca en los objetivos y la eficiencia en el proceso para alcanzar los mismos. La eficacia mide los resultados esperados (presupuesto) frente a los resultados obtenidos, mientras que la eficiencia mide los resultados y recursos utilizados frente a las metas en base a los costos esperados. En la eficacia utilizamos los recursos para alcanzar los objetivos mientras que en la eficiencia nos centramos en el buen uso de los recursos disponibles. En base a estas tres diferencias podemos decir que la eficacia es objetiva y cuantificable, y la eficiencia puede ser objetiva o subjetiva, y tanto cuantitativa como cualitativa. Voy a poner un ejemplo de una conversación que mantengo desde hace años con un excelente encargado de una granja que se construyó en la era de los servicios en una de las Castillas, y a quien dedico esta columna para felicitarle por toda una vida al frente de la misma. Él siempre me dice que como la granja es vieja no puede producir todo lo que le gustaría, y yo le respondo que tenemos que producir lo máximo posible con la granja que tenemos. Y el resultado es que consigue que la misma esté saneada en todos los aspectos, alcance los objetivos que nos marcamos cada año, es decir es eficaz, y los alcanza optimizando los recursos de los que dispone, lo que significa que también es eficiente.

Es posible ser eficaz y alcanzar el objetivo propuesto, pero sin ser eficiente, lo cual no es infrecuente. Ello supone que no hemos aprovechado suficientemente los recursos, o lo que es peor, que hemos empleado recursos innecesarios que han supuesto un sobrecoste. Esto creo que es muy común en las obras públicas y en la política, donde para hacer lo mismo se gasta mucho más de lo previsto. Así, en los modelos de gestión en nuestras granjas debemos ser eficaces y eficientes, lo que nos dará como resultado un mayor beneficio por unidad producida. Cuantas veces, como todos bien saben, una granja con 100 reproductoras menos puede producir más kilos de carne al año con un mejor coste kilo carne producido. Lo primero es eficiencia y lo segundo eficacia. Saber lo que tenemos que hacer es eficacia y saber cómo hacerlo con el menor coste es eficiencia. Y para ello debemos contar con la ciencia.

Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA       

 

“La ciencia es una de las pocas actividades humanas -quizá la única- en la cual los errores son criticados sistemáticamente y muy a menudo, con el tiempo son corregidos” – Karl Raimund Popper (1902-1994) Conocido como El paladín del sentido común.