CERDO IBÉRICO EN MONTANERA

Arranca la montanera 2019/20 y todos estamos deseando ver como esos cerdos ibéricos primales (sobre un año o más con peso de 92-115 kg) habitan nuestras dehesas arboladas (algo menos de 4.000.000 hectáreas). La campaña pasada fueron unos 670.000 cerdos ibéricos comiendo bellota, hierba y otros recursos naturales para proporcionarnos jamones, paletas y lomos “etiqueta negra bellota 100% ibérico y roja bellota ibérico“, que no de pata negra, en una proporción cercana al 50/50. Es un producto único en el mundo y la punta de lanza en calidad de nuestro sector porcino, clave dentro de la producción animal. De aquí que su excelente imagen debe ir acompañada de su máxima calidad. No creo que sea mucho pedir coherencia y que cada uno hagamos bien nuestro trabajo (ganaderos, industriales, administración, grandes y pequeñas superficies de alimentación, mayoristas y minoristas).

El geógrafo Estrabón hace más de 2.000 años ya definía las regiones de Turdetania y de Lusitania (espacio geográfico al sur y este de la Península Ibérica) por la importancia que tenía la encina y la bellota para la vida y la economía de dichos pueblos (Laguna Sanz, E 2008). Hasta la década de los 50 del siglo pasado el cerdo ibérico tuvo un periodo de esplendor, que se vio truncado por el comienzo tardío de la industrialización en España, donde tuvimos “cuatro décadas negras para el cerdo negro“ (1950-90) , para volver a valorar al cerdo ibérico y sus productos como excelencia gastronómica, además de otorgarle aspectos cardiosaludables por su consumo según numerosas investigaciones científicas (“el cerdo ibérico es un olivo con patas” – Profesor Varela), asociado a los cambios en los hábitos de consumo alimenticios y aumento de la renta per cápita. En la dehesa también se cumplen objetivamente otros aspectos como el bienestar animal y el impacto sobre el medio ambiente que son prioritarios en la opinión pública mundial (próxima Cumbre del Clima en Madrid- COP 25 a la que asistirán 25.000 personas). Pero, no descuidemos, por favor, la bioseguridad de nuestros cerdos ibéricos en montanera como cuestión esencial para evitar problemas sanitarios que nos originarían graves trastornos comerciales a todo el sector, y por ende a la economía agraria.

Y a partir de que se dé de alta el inicio de la montanera, la estancia mínima debe ser de más de 60 días registrando en ITACA la fecha y el código del acta de la visita de entrada en montanera de los animales debiendo reponer un mínimo de 46 kilos de peso vivo y que los mismos tengan un mínimo de 14 meses de edad, realizando los organismos de inspección para su verificación al menos tres visitas durante la misma. La entrada de los animales a la montanera deberá realizarse entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre, estableciéndose como período para su sacrificio entre el 15 de diciembre y el 31 de marzo. Se calcula que, de media, cada cerdo consume diariamente unos 8 kilos de bellotas y tres kilos de hierba durante la montanera, además de andar entre 8 y 14 km. diarios para conseguirlo. ¡Adelante!

Censo reproductoras ibéricas a mayo 2019 (MAPA) es de 373.505 y censo total de 3.314.556 cerdos ibéricos.

Una libra son 460 gramos, una arroba 11,5 kilos y un euro son 166,386 pesetas.

El papel esencial de la bellota para el cebo, que “no solo hace gordos a los cerdos, sino que da sabor agradable a su carne” – Marco Terencio Varrón (116 – 27 a. C.) en su obra La Agricultura.

 

Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA